CARTA A CAPERUCITA ROJA
Niña del cuento, te pido ayuda,
no me abandones con esta duda:
¿Andabas tan encaperuzada
que —a causa de eso— no veías nada?
¿Cómo es posible, Caperucita,
que confundieras a tu abuelita?
¿Tal vez tenía cara de loba?
¿Era taaan rara? (¿O tú eres boba?)
Elsa Isabel Bornemann
Argentina
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